El nombre de Benejúzar, de origen árabe, hace remontar sus orígenes a este período.
La historia de esta población sufrió, junto con toda España, las consecuencias de la Guerra Civil española (1936-1939) dividiéndose su población en dos bandos enfrentados. Algunos de los confinados en la cárcel de Alicante se confiaron en brazos de quienes ellos consideraban su único apoyo dadas sus hondas raíces católicas, la madre de Dios en su advocación del Pilar. Al término de la guerra, los supervivientes regresados a Benejúzar introdujeron el culto a esta advocación y a día de hoy todavía se celebra la romería que en su honor, como agradecimiento, promovieron aquellos hombres.