La víspera de la fiesta recorre las calles un sanantonero aporreando una tambora. Por la noche se quema una monumental minaría. El día del Santo se celebra la misa, seguida de juegos infantiles y, por la tarde, la procesión, en la que los vecinos obsequian al Santo con embutidos y bebidas que luego se subastan a las puertas de la ermita; también se rifa una cerda joven. Antiguamente, un cofrade solía regalar al santo una cochinilla con una esquila al cuello; durante todo el año dormía en la primera cuadra que encontraba abierta, correteaba por el pueblo durante el día y comía lo que los vecinos le sacaban a la puerta alertados por el cascabeleo
¿Crees que le interesará a personas que conoces? ¡Comparte este evento!